Nuestros pacientes se extrañan cuando les decimos que padecen una artritis psoriásica, pues la psoriasis es conocida por la población como una enfermedad de la piel, pero ¿también afecta a las articulaciones?. La respuesta es sí, la artritis psoriásica es un tipo de artritis que se presenta asociada a la psoriasis (o no porque un pequeño porcentaje puede tener la enfermedad articular sin que se aprecien lesiones en la piel).
Pero cuando decimos psoriasis, ¿de qué estamos hablando?. La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que afecta a cerca del 2% de la población, cuya causa es desconocida, y en la que están involucrados diversos procesos inmunológicos, genéticos y ambientales. Puede darse tanto en hombres como en mujeres y empezar a cualquier edad. Las lesiones suelen aparecer como placas rojizas cubiertas de una escama gruesa y plateada, pueden aparecer limitadas a ciertas partes de la piel o cubrir grandes áreas, siendo los codos, rodillas, brazos, piernas y cuero cabelludo las áreas que se afectan con más frecuencia, sin olvidar que también puede afectar a las uñas.
¿Hay diferentes formas de Psoriasis?
Si, la psoriasis es una sola enfermedad que puede manifestarse de diversas maneras variando su morfología -psoriasis en placas, psoriasis en gotas, psoriasis pustulosa- así como en su extensión -Psoriasis localizada o generalizada. La afectación de la psoriasis en las uñas se puede demostrar como un punteado de la uñas (pitting), con un despegamiento distal de la uña o con un engrosamiento marcado de la uña. La psoriasis de las uñas es difícil de tratar.
La artritis psoriásica es una enfermedad crónica que causa dolor e inflamación en las articulaciones (manos, pies, rodillas tobillos…) pudiendo afectar también a la columna, en este caso lo llamamos espondiloartropatía.
Si tengo psoriasis ¿puedo padecer artritis psoriásica?
Si, y también si no padece psoriasis cutánea. La psoriasis afecta a un 2% de la población, de éstos un 10% aproximadamente puede padecer una artritis psoriásica. También puede ser diagnosticada sin tener lesión cutánea, siendo un criterio diagnóstico que un familiar de primer grado lo padezca (hermano, padre, madre). No se conoce exactamente cuál es el elemento determinante para que unas personas desarrollen la artritis y otras con la misma herencia, no lo hagan.
¿A qué se debe?
La causa de la artritis psoriásica es la consecuencia de una suma de factores genéticos, ambientales y un funcionamiento incorrecto del sistema inmunológico. Está englobada en lo que llamamos enfermedad autoinmune, que se debe a que aún por causas desconocidas nuestro sistema inmunitario encargado de nuestra defensa deja de reconocer como propios uno o varios tejidos u órganos, creando anticuerpos que atacan nuestro propio organismo, en éste caso piel o articulaciones.
¿Cuáles son los síntomas?
Como en cualquier tipo de artritis, la articulación afectada presenta dolor, calor, enrojecimiento, limitación para el movimiento, y ocasionalmente, deformación de la misma. Cualquier articulación se puede inflamar, desde la de la mandíbula hasta la del dedo pequeño del pie.
La artritis psoriásica tiene un inicio lento, pudiendo preceder a la aparición de psoriasis cutánea en años, aunque un 15% de los artríticos presentan posteriormente lesión en la piel o en las uñas. Los síntomas son rigidez, sobre todo de aparición matutina, dolor que empeora con el reposo, durante el descanso nocturno o al levantarse, e inflamación articular, con mayor frecuencia de manera asimétrica que reduce la movilidad articular. Hay una forma muy característica de afectación en la artritis psoriásica que es la dactilitis o “dedo en salchicha”, que se produce por un engrosamiento de todo el dedo.
Destacar que hay ocasiones en que se pueden afectar a otras partes del cuerpo diferentes de las articulaciones, como los tendones y ligamentos, lo cual llamamos entesitis. Por ejemplo, es frecuente la inflamación de la inserción del tendón de Aquiles en el hueso calcáneo.
La mayoría de las personas son capaces de llevar una vida normal. Sin embargo, algunas tienen dolor crónico de las articulaciones y no pueden utilizar las articulaciones afectadas por la artritis. La presencia constante de calor e hinchazón en la membrana que recubre la articulación, llamada sinovial, puede producir daño y deformidad en dicha articulación. Por tanto el diagnóstico y tratamiento es importante por la clínica dolorosa y por la evolución hacia la destrucción articular si no se pone el tratamiento adecuado.
¿Hay diferencias hay con otras artritis?
Sí que tiene algunas peculiaridades, como la forma de afectación, que suele ser asimétrica, que afecta con frecuencia las articulaciones distales de los dedos, justo las que están junto a las uñas, llamadas interfalángicas distales, que también suelen afectarse en la artrosis. Y es posible una afectación de la columna, sobretodo en la zona lumbar y en los glúteos. ¿Por qué en los glúteos? Porque es ahí donde están unas articulaciones que llamamos sacroilíacas, que con frecuencia se afectan en esta enfermedad, y están situadas justo en la zona glútea.
¿Cómo se diagnostica?
Es necesario cumplir una serie de criterios, es decir, que no hay una única prueba para llegar al diagnóstico de artritis psoriásica. Entre estos criterios están: psoriasis personal y/o en familiar de primer grado, demostrar por el médico que hay artritis y una serie de características analíticas, clínicas y radiológicas.
¿Cómo se trata?
Escuchamos con frecuencia a nuestros pacientes si hay algo que ellos puedan hacer o modificar para mejorar tanto la afectación cutánea como la articular. Con respecto a esto, no hay datos confirmados con respecto a la alimentación ni el clima, si bien situaciones de estrés y ansiedad y el tabaco empeoran la sintomatología.
Hay una amplia gama de tratamientos médicos utilizados en la artritis psoriásica: antiinflamatorios no esteroideos, corticoides en forma de infiltraciones intraarticulares u orales, los fármacos llamados modificadores de enfermedad (metotrexato, sulfasalazina, leflunomida.) y los fármacos llamados biológicos.
En conclusión, recalcar que aunque no todos los dolores en pacientes con psoriasis son por artritis, hay que estar atentos ante signos y síntomas de alarma como la inflamación de una articulación, especialmente en nudillos o dedos con aspecto de salchicha. Así como recordar que la artritis psoriásica puede aparecer sin psoriasis y que las lesiones pueden aparecer más tarde en la evolución de la enfermedad. Y que ante sospecha es necesario acudir al médico de atención primaria, quien les hará una valoración inicial y decidirá si derivarlo a consultas de Reumatología.