Cuando estamos expuestos a temperaturas muy bajas, la piel y los tejidos subyacentes pueden sufrir congelación sin darnos cuenta. Si no se interviene a tiempo las lesiones pueden ser graves e irreversibles.
Las partes de nuestro cuerpo que son más propensas a sufrir este daño son las extremidades (sobre todo las manos y los pies), junto con la nariz y las orejas. Las congelaciones suelen afectar más a personas que tienen mala circulación, fumadores, diabéticos, los que siguen tratamiento con determinados fármacos (como los betabloqueantes), personas que padecen el fenómeno de Raynaud (palidez intensa de los dedos de la mano por falta de riego sanguíneo, seguido de coloración azulada y posterior enrojecimiento, con dolor más o menos intenso, que dura de 10 a 15 minutos, se cura espontáneamente y sin dejar secuelas) y por supuesto los que llevan ropa inadecuada para la ocasión.
Especial atención a los ancianos, dado que tienen un riesgo incrementado de padecer hipotermia por una respuesta más lenta del organismo frente al frío, por las enfermedades múltiples que suelen tener estos pacientes, los múltiples fármacos. El manejo es igual que en el resto de los casos.
Signos y sintomas
• Entumecimiento en partes del cuerpo expuestas al frío. Rigidez articular y muscular.
• Piel y tejido subcutáneo que se sienten duros, sólidos o congelados.
• Cambios en el color de la piel, incluyendo blanco o gris.
• Aparición de ampollas.
• Sensibilidad disminuida hasta llegar a la anestesia total de la zona.
• Tras calentamiento, área roja y dolorosa.
Clasificacion de la congelación
Los tipos de congelación se definen dependiendo de la profundidad que alcanza la lesión que se ha producido .
• Congelación superficial: la piel está enrojecida y se siente muy fría. Si la exposición continúa la piel se vuelve pálida y blanquecina y se entumece.
• Congelación profunda: a medida que la congelación avanza se afectan los tejidos más profundos, se pierde la flexibilidad y se puede perder la sensación de frio y dolor. Aparecen ampollas y la piel adopta un color grisáceo con aspecto ceroso, para adquirir mas tarde aspecto negruzco por la necrosis originada y aparece escara.
Primeros auxilios
El calentamiento progresivo es la clave del tratamiento de la congelación.
• Trasladar a la persona a un lugar mas cálido.
• Quitar la ropa húmeda y cualquier joya.
• Hidratar con bebidas calientes y dar alimentos ricos en hidratos de carbono.
• Mantener a la persona caliente tapándola con una manta y utilizar agua tibia para sumergir las partes lesionadas (la temperatura del agua apropiada es de 38-40 grados ) o envolver con paños calientes sin aplicar presión los dedos por separado.
• Llamar a servicios de emergencias.
• NO frotar las zonas congeladas, dado que puede producir más lesiones.
• NO utilizar calor directo (fuego, mantas eléctricas….), se pueden provocar quemaduras.
• NO drenar las ampollas de la piel congelada, realizar curas bajo supervisión médica.
• NO andar (si son los pies los que están congelados), puede agravar el daño tisular.
• NO tomar bebidas alcohólicas ni fumar durante el proceso de recuperación, pueden retrasar la cicatrización.
¿Cómo prevenir la congelación?
Utilizando ropa especial contra el frío, impermeables, prestando especial atención a las zonas de mayor riesgo (manos, pies, orejas, nariz). Evitar ropa y calzado muy ajustados. Es importante asegurarse y mantener una buena alimentación con aporte de calorías apropiado. En caso de encontrarse en una situación de frío extremo que podría prolongarse se debe aumentar la actividad corporal y mantenerse en movimiento para no perder calor. Detección precoz de los síntomas iniciales para poder tomar las medidas adecuadas según la situación.