El trauma craneoencefálico (TCE), se considera la mayor causa de muerte y discapacidad entre los menores de 45 años en nuestro país. Es por ello que constituye un problema sociosanitario muy importante.
Según las estadísticas extranjeras, la incidencia en EEUU es de alrededor de 100-300 TCE por cada 100.000 habitantes. Extrapolándolo a nuestra comunidad foral (600.000 habitantes) se podría decir en Navarra hay alrededor de 600-1800 casos de TCE anuales.
Etiología
La principal causa de los TCEs en conjunto son los accidentes de tráfico (70-75% casos), en menor proporción son las caídas casuales, los accidentes laborales y deportivos y las agresiones con un objeto contundente.
En los niños y en los ancianos la causa más frecuente de un trauma craneal son las caídas formando estos dos colectivos un importante grupo dentro de los TCEs leves.
Es muy importante saber diferenciar entre el TCE leve y el grave puesto que en el primero no siempre es necesario atención hospitalaria y en el segundo sí.
Los signos de alarma
En general todos los TCEs pueden venir acompañados, por ejemplo, de dolor de cabeza moderado y mareo sin que sean factores que indiquen gravedad. Existen otros síntomas que pasaremos a enumerar a continuación y que implican la necesidad del traslado del paciente a un centro médico para su valoración.
Es importante valorar tras el traumatismo si existe o no amnesia de lo ocurrido o deso-rientación temporoespacial. La pérdida del nivel de consciencia puede durar desde unos instantes hasta ser irreversible, pero sea cual sea su cuantía implica el traslado del paciente a un centro hospitalario para su valoración. En caso de que la pérdida de consciencia se asocie a alteraciones en el tamaño de las pupilas (en especial cuando se produce la dilatación de una de ellas o midriasis pupilar) representa un cuadro de extrema gravedad que precisa del traslado a un centro médico para su valoración de forma urgente.
También son criterios de gravedad la aparición de crisis epilépticas postraumáticas así como la aparición de focalidad neurológica (dificultad para mover una extremidad, para hablar, pérdida de visión,…). La aparición de nauseas y vómitos puede ser indicativo de hipertensión intracraneal por lo que también precisa de valoración por un médico.
En ocasiones podemos observar signos relacionados con la fractura de la región basal o inferior del cráneo como por ejemplo la aparición de hematoma periorbitario bilateral, hematoma en la región mastoidea por detrás de los pabellones auriculares o la salida de sangre o líquido de forma profusa a través de la nariz o los oídos. También podemos encontrar signos más evidentes de fractura como deformidades en el cuero cabelludo. En el caso de que el paciente presente una herida con sangrado profuso se recomienda realizar un vendaje compresivo que en la mayoría de los casos ralentizará la hemorragia dando tiempo a que sea atendido por un médico.
Se debe tener especial cuidado en los pacientes ancianos, anticoagulados, antiagregados o aquellos habituados al consumo de alcohol. En ellos es más probable que se produzcan lesiones cerebrales traumáticas tras un TCE.
En aquellos pacientes que estén asintomáticos, presenten dolor de cabeza moderado, mareo sin vómitos, no hayan tenido un episodio de pérdida de consciencia ni amnesia postraumática ni presenten el resto de sintomatología antes señalada basta con la observación domiciliaria estrecha ya que el riesgo de encontrar en ellos una lesión cerebral traumática que precise tratamiento específico es muy bajo.
Tratamiento
Este tipo de traumatismos leves no necesitan ningún tipo de tratamiento específico salvo analgésicos como pueden ser el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos. Se recomienda evitar los estímulos visuales o auditivos durante unos días. Es normal que durante unas semanas el paciente pueda encontrarse mareado, con episodios de cefalea leve o incluso más torpe desde el punto de vista cognitivo sin que ello implique necesariamente que se haya producido una lesión cerebral.
En el caso de que el paciente presente criterios de gravedad deberá ser trasladado a un centro Hospitalario para su valoración a la mayor brevedad posible. Allí, según la historia clínica y la exploración, se decidirá la opción más adecuada para cada paciente en concreto (observación, pruebas de imagen, etc…). No todos los pacientes necesitan la realización de pruebas de imagen (TC, Radiografías, etc.).